¿Se pueden regular las hormonas sexuales con el ejercicio físico?

Regular las hormonas sexuales con el ejercicio físico es posible y, de hecho, muchos estudios científicos ya se han realizado en este sentido, identificando qué sustancias modifican su concentración con la práctica deportiva. De todos modos, no se trata de algo que sea milimétrico, por lo que la regulación debe entenderse en el contexto del metabolismo humano.

Las hormonas se secretan por las glándulas y circulan en la sangre buscando receptores donde actuar. La mayor o menor cantidad de ellas, así como la expresión de las proteínas que las transportan y las reciben, son dependientes de factores internos y externos.

Entre los factores externos podemos mencionar al ejercicio como uno de los más importantes a la hora de regular las hormonas sexuales, sobre todo en las mujeres. Los estrógenos, como veremos a continuación, son las sustancias más respondedoras.

Los estrógenos y su rol

Los estrógenos son hormonas sexuales importantes en la mujer. Su presencia es parte determinante del ciclo menstrual y su descenso en la menopausia es culpable de síntomas y trastornos del envejecimiento femenino.

Las funciones del estrógeno son variadas. Se producen en los ovarios y en las glándulas suprarrenales, estimulando el desarrollo de las características sexuales femeninas. Pero no solo eso, sino que también concretan las siguientes acciones en el organismo:

  • Estimulan la síntesis de hueso nuevo, por lo que su carencia se asocia a osteoporosis.
  • Aumentan la producción de colesterol HDL o colesterol bueno, razón por la cual se consideran protectores cardiovasculares.
  • Participan en la producción de colágeno, una proteína estructural que se encuentra en las articulaciones y en la piel.
  • Controlan parte del deseo sexual.

Así como el ejercicio físico puede regular las hormonas sexuales como los estrógenos, sucede a la inversa un proceso recíproco. Los niveles de estrógenos son capaces de modificar el entrenamiento de las mujeres atletas. Debido a que participan en el metabolismo celular, precisamente en la producción energética, su presencia en cantidades adecuadas favorece la realización de prácticas de alta intensidad.

En tal sentido, es preferible que las mujeres deportistas programen entrenamientos más explosivos en los días posteriores a su menstruación y que aprovechen a fortalecer su estructura ósea durante la etapa fértil. De esta manera, llegada la menopausia, el estado general será más resistente a las vicisitudes de esa época vital.

Ejercicio físico regula las hormonas sexuales femeninas
Los estrógenos responden al deporte practicado de manera continua.

El ejercicio físico regula las hormonas sexuales

La práctica deportiva involucra muchos sistemas del organismo, entre ellos el nervioso y el endocrino. Por ello, los movimientos hormonales se intensifican en el ejercicio físico para dar respuesta al estrés suscitado.

Este es un estrés beneficioso, ya que no representa riesgo, sino que propone cambios fisiológicos para el bienestar. Durante el deporte en sí, es preciso aumentar la frecuencia cardíaca y respiratoria, así como incrementar la circulación sanguínea hacia los músculos. Luego, a largo plazo, si se sostiene el entrenamiento, los parámetros vitales se adaptan a la nueva situación.

Según un estudio de la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, el ejercicio físico regula las hormonas sexuales cambiando la manera en que el cuerpo metaboliza los estrógenos. Para entender esto, vale aclarar que estas sustancias actúan en forma de metabolitos, es decir, formas procesadas y más activas.

El estrógeno posee metabolitos más beneficiosos y otros que resultan un tanto perjudiciales. Los buenos son los 2-OHE1, sobre los cuales la investigación oncológica ha señalado su efecto protector en el desarrollo de cáncer de mama. Al contrario, el metabolito malo o 16-alfa-OHE1, incide sobre los procesos de las células que podrían convertirse en malignas.

Así dadas las cosas, el deporte practicado de forma continua cambia el balance entre los metabolitos, aumentando la proporción de 2-OHE1 por sobre el 16-alfa-OHE1. Se supone que esto incrementa la protección frente al cáncer mamario.

¿Y los varones?

En el caso de los varones, si hablamos de regular las hormonas sexuales con el ejercicio físico, tenemos que referirnos a la testosterona. Esta hormona, predominante entre los hombres, tiene funciones anabólicas, sobre todo.

Quiere decir que la sustancia actúa sobre el tejido muscular estimulando su crecimiento y la fabricación de energía para concretar esfuerzos. Se forma así un círculo virtuoso por el cual el deporte estimula la producción de la hormona y la hormona devuelve el beneficio en mayor masa muscular, en detrimento de las grasas.

Esta función energética es muy importante en deportes como el fisicoculturismo, así como, en menor nivel, entre los hombres que asisten al gimnasio para musculación. En términos médicos, tampoco es despreciable el uso que se puede hacer de este vínculo natural para acelerar la pérdida de peso, a expensas de la eliminación de tejido graso.

Ejercicio físico y hormonas masculinas
En los hombres, el deporte sostiene la producción de testosterona, la cual incide en la masa muscular.

Regular las hormonas sexuales con el ejercicio y aumentar el bienestar

Otras investigaciones en el campo del deporte y las hormonas han corroborado la satisfacción que genera la práctica del ejercicio físico, con base en la estimulación de ciertas concentraciones hormonales. Es decir que no solo hay beneficios netamente físicos, sino que también emocionales.

Durante la práctica deportiva, la prolactina se incrementa por el momento que dura la actividad. Esta sustancia influye en el estado de ánimo y, en combinación con las endorfinas, otorga una sensación de euforia típica de los logros alcanzados.

Sin ir más lejos, la liberación del estrés y el control de algunos síntomas depresivos son parte de las características que hacen que los médicos prescriban las actividades físicas, en particular al aire libre. Esto se explica por la testosterona en los hombres y los estrógenos en las mujeres.

Por ende, regular las hormonas sexuales con el ejercicio no solo es una posibilidad, sino que debería ser imperioso para personas sedentarias que ingresan a la menopausia o poseen signos de estrés, ansiedad y depresión. Sería una parte del abordaje terapéutico que, junto al seguimiento especializado, podría revertir las patologías.

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