El peróxido de hidrógeno no sólo combate las bacterias, sino también virus, parásitos y levaduras. Esta terapia puede afectar de manera positiva las condiciones como la hipertensión arterial, esclerosis múltiple, artritis y asma.

El método más común de recibir peróxido de hidrógeno es a través de una inyección intravenosa. El uso de peróxido de hidrógeno en la medicina alternativa es popular ya que el peróxido de hidrógeno es producido naturalmente por el cuerpo para combatir la infección, y los patógenos humanos son anaeróbicos, por lo que no pueden sobrevivir en ambientes ricos en oxígeno.

El peróxido de hidrógeno cuando se inyecta, destruye la enfermedad al imitar la respuesta inmune, y aumenta el oxígeno en el cuerpo.

Existe un nuevo desarrollo en el tratamiento de la enfermedad vascular, la Terapia Chelox, que implica la combinación de tratamiento con EDTA y peróxido de hidrógeno, no en la misma infusión, sino separados por al menos un día.

El peróxido de hidrógeno también ha mostrado disolver los depósitos de colesterol y calcio asociados con la aterosclerosis.
Por lo tanto, es un buen tratamiento para los trastornos vasculares. Esto puede resultar en la disminución o desaparición de la angina de pecho, dolor en las piernas y ataques isquémicos transitorios en el cerebro.

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