El ácido alfa lipoico (ALA) es un compuesto natural del cuerpo humano. Se trata de un ácido graso que las células utilizan para producir energía y ejercer funciones antioxidantes, bloqueando la acción de los radicales libres.

Aunque se encuentra en algunos alimentos de origen vegetal, también puede administrarse por vía intravenosa para potenciar sus beneficios. Por esta vía, alcanza casi todas las células del cuerpo, incluido el cerebro, ya que atraviesa la barrera hematoencefálica. Es decir, se trata de un antioxidante con capacidad de actuar a nivel neuronal.

Anticancerígeno

El ácido alfa lipoico es un antioxidante potente. Su capacidad para inhibir la migración de células malignas —un proceso clave en la metástasis— ha sido documentada en estudios. Por lo tanto, se considera un complemento cada vez más utilizado en pacientes que siguen tratamientos oncológicos.

Antiinflamatorio

El ácido alfa lipoico reduce la presencia de la proteína C reactiva en el cuerpo, un marcador de inflamación que activa otros componentes responsables del daño tisular. Menor inflamación significa menor riesgo de desarrollar patologías crónicas.

Neuroprotector

Gracias a su capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica, el ácido alfa lipoico llega al cerebro con facilidad. También actúa sobre los nervios periféricos, lo que podría contribuir a ralentizar la progresión de neuropatías en manos y pies, especialmente en personas con diabetes.

Además, se ha observado que mejora las funciones cognitivas. Potencia la memoria y existe creciente interés en su uso como apoyo en casos de deterioro neurológico, como el Alzheimer.

Apoyo en la pérdida de peso

El ácido alfa lipoico también se emplea como coadyuvante en el control del peso corporal. En combinación con vitaminas y minerales, puede formar parte de un enfoque integral para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad.