Para tener energía, las células del cuerpo deben producir una molécula conocida como ATP (adenosina-trifosfato). Sin ella son imposibles múltiples procesos biológicos. Allí es donde apunta la acción de la terapia intravenosa NAD+.
Mediante este tratamiento se pretende incrementar la resistencia al estrés para darle mayor protección a las neuronas, ya que estas células son especialmente sensibles a la deficiencia de NAD. Su disminución progresiva a lo largo de la vida, como es de suponer, impacta en la capacidad de regeneración que tiene el organismo.
¿Qué es el NAD?
NAD es la sigla de «dinucleótido de nicotinamida adenina». Se trata de una coenzima, es decir, una sustancia que participa en el metabolismo enzimático para catalizar alguna reacción. En este caso, lo que se cataliza es la aceleración de la producción de ATP para que los tejidos dispongan de energía.
Es necesario entender que sin moléculas de energía no se pueden llevar adelante las funciones básicas. La respiración, el latido cardíaco, el aprovechamiento de los nutrientes, el movimiento para desplazarnos y hasta dormir son actos que se basan en el consumo y producción de ATP.
La terapia intravenosa NAD+ se basa en la existencia diseminada de la coenzima, de manera natural, en casi todos los órganos del ser humano. Lo que se haría con la inyección externa es reponer los niveles que faltan a medida que envejecemos o que los destruimos por acciones nocivas, como las adicciones al alcohol.
La ciencia ha comprobado que los niveles internos celulares de NAD se reducen a medida que pasan los años. Esto explicaría, en parte, la falta de fuerzas que acarrea la tercera edad. Del mismo modo, al existir menos ATP, la capacidad de restauración y reparación se ve afectada. El cuerpo tiende a ahorrar energía y deja de lado la detección y prevención de errores metabólicos.
Las consecuencias son graves, pues dichos errores se traducen en mutaciones y las mutaciones en cáncer. Al mismo tiempo, en las neuronas aparece degeneración, lo que parece ser el trasfondo de enfermedades como la senilidad, la demencia senil y el alzhéimer.
La terapia intravenosa NAD+ y las sirtuinas
Las sirtuinas se volvieron más populares con la difusión de la dieta sirtfood. Este es un plan alimentario que propone la ingesta prioritaria de productos que estimulen la acción de estas proteínas.
Y es que las sirtuinas son enzimas que dependen del NAD y que cumplen funciones muy importantes en la regulación de la expresión genética. Es decir, se trata de proteínas que pueden activar o desactivar genes conforme aumentan o disminuyen su concentración y su acción en la sangre y en las células.
La terapia intravenosa NAD+ es una manera de ayudar a las sirtuinas con su función antienvejecimiento. En conjunto, ambas sustancias mejoran la reparación del ADN y evitan el encendido de genes que podrían derivar en daño de sobrecrecimiento tumoral.
Si bien se propone que la nutrición sea capaz de estimular estas enzimas mediante planes dietéticos, como el denominado sirtfood, lo que haría la terapia intravenosa NAD+ sería brindar un estímulo masivo por la cantidad que se inyecta al mismo tiempo. Si los genes responsables de reparar los errores genéticos funcionan de manera adecuada, entonces la degeneración y el envejecimiento se enlentecen.
El efecto en el cerebro de la terapia intravenosa NAD+
La terapia intravenosa NAD+ tiene especial aplicación en padecimientos que involucran al sistema nervioso y como prevención de la degeneración neuronal. El cerebro es un órgano susceptible a los cambios metabólicos y con mucho requerimiento de energía. De allí que la inflamación crónica y el ATP sean las llaves que permiten entender el efecto positivo de este abordaje.
Por un lado, la inflamación sistémica se reduce cuando los niveles de NAD en el organismo son adecuados. Los procesos de acumulación de desechos tóxicos del metabolismo generan respuestas desmedidas por parte del sistema inmune. El resultado final son los tejidos inflamados.
Si la inflamación se instala en el cerebro, las neuronas funcionan a menor capacidad y, además, consumen más ATP que el habitual, ya que deben incrementar su esfuerzo para concretar las mismas tareas. En este contexto es posible que se acabe antes la disponibilidad de NAD celular.
A mediano plazo, las neuronas con errores de transcripción genética o con mutaciones se degeneran sin que nada pueda detener con efectividad el proceso. En términos clínicos, esto es la aparición de cuadros como la demencia senil o el alzhéimer.
Con la terapia intravenosa NAD+ se busca poner un freno al envejecimiento del cerebro, evitando y retrasando la aparición de patologías neurodegenerativas. Si a ello se suman buenas prácticas de estimulación mental, como la lectura, la vida activa de ejercicio, la meditación y la dieta con antioxidantes, entonces se mejoran las posibilidades.
¿Qué se debe considerar en la terapia intravenosa NAD+?
De acuerdo a la intención que se busque con la terapia intravenosa NAD+ se variará la dosis. La misma es relativa al objetivo y al tipo de paciente. Por regla general, lo habitual es que se empleen dosis de menor a mayor para propósitos antienvejecimiento, para regeneración neuronal o para tratar adicciones al alcohol. En este último caso se pueden llegar a prescribir 1000 miligramos.
Hay algunos síntomas asociados a la terapia que son esperables. Los pacientes pueden referir lo siguiente:
- Dolores intestinales tipo cólico.
- Opresión en el tórax.
- Náuseas y mareos.
Estas reacciones se consideran dentro de lo habitual y ceden una vez que finaliza la infusión. En los casos de alcoholismo o recuperación de adicciones se prefiere combinar la terapia intravenosa NAD+ con ciertas vitaminas que poseen efecto protector sobre los signos deletéreos que aparecen en el síndrome de abstinencia.
Como siempre, es recomendado realizar el procedimiento en centros especializados en la terapia intravenosa NAD+ y que ya hayan realizado aplicaciones de manera rutinaria. Se asegura, de esta manera, el origen certificado de la infusión que se emplea y un asesoramiento preciso en cuanto a dosis.