La Fosfatidilserina, es una grasa que ayuda a fabricar la mielina, cuál reviste a los nervios del cerebro, con el propósito de favorecer sus funciones cognitivas y emotivas.
Debido a ello, cuando hay pérdida de memoria, desorientación temporal y espacial, es ideal la Fosfatidilserina para combatir el alzheimer.
¿Por qué?, porque influye en el tratamiento de tal enfermedad degenerativa, controlándola y manteniendo el cerebro a salvo.
No obstante, la Fosfatidilserina para la concentración permite evitar la degeneración de las células nerviosas del cerebro y la disminución de su masa, porque es un apoyo en el control de la fatiga mental, mientras eleva los niveles de concentración.
Por lo tanto, la Fosfatidilserina para la memoria proporciona energía para la creación de nuevas células cerebrales, porque estimula la producción de acetilcolina, y permite que el cerebro envié impulsos a través de las neuronas con rapidez y eficiencia.
Algo que, en definitiva, es necesario para retener de manera permanente, los hechos y episodios que vivimos diariamente.
Igualmente, trabaja como oxigenante, y disminuye la producción de radicales libres, mientras controla la irrigación sanguínea en toda la corteza cerebral, y evita padecimientos de estados de demencia.
Combatiendo, además, la desorganización de las membranas celulares para que la información recibida por nuestro cerebro se conserve durante mucho tiempo.
Aparte, logra bajar el estrés y la ansiedad, liberando el cortisol, una hormona catabólica que incrementa la sensación de bienestar en la memoria, atacando con propiedad el Alzheimer, mientras trabaja para controlar, por ejemplo;
El envejecimiento cerebral
Gracias a sus propiedades benéficas, actúa como un antioxidante, ayudando a controlar el estrés oxidativo, y detener el envejecimiento cerebral que desmejora la concentración, la capacidad de aprendizaje y la memoria.
Por ello, alivia los síntomas de deterioro cognitivo que se producen como parte de esta enfermedad degenerativa, que puede ser tratada si consumimos alimentos que contengan fosfatidilserina, tales como el pescado azul, aceite de oliva y ajo crudo, así como vitaminas del grupo B, cereales integrales, legumbres y frutos secos.
La pérdida de sueño
Otra de las funciones positivas de este componente, es que interviene en la reparación del sueño, liberando sustancias químicas que estimulan la actividad cerebral.
Y no solo eso, sino también controlando células y la dopamina, que ayuda a estimular el ciclo del sueño y cumplirlo a cabalidad.
Por lo tanto, este fosfolípido permite que tal hormona responda como neurotransmisor del cerebro, y frene los factores degenerativos del Alzheimer, en la medida que asiste a las personas con insomnio.
Precisamente por ello, se recomienda en tratamientos de control nervioso, porque maneja la segregación de hormonas.
El estado de ánimo
La fosfatidilserina en el cerebro provoca que las funciones motrices, emociones y sentimientos de placer se activen. ¿Por qué? Porque evita el desnivel en las hormonas que le regulan y como consecuencia hace que surja un estado de ánimo energizante en la persona, provocando mejorías y enfocándose en los trastornos degenerativos del Alzheimer.
Además de ello, se complementa fácilmente con los ácidos grasos esenciales Omega-3, amplificando sus beneficios en el sustento del cerebro, mientras trabaja en los síntomas de la depresión, así que es un agente terapéutico y efectivo en este tipo de perturbaciones.
Por lo tanto, sus propiedades para combatir el Alzheimer están centradas en la creación de nuevas células cerebrales, siendo un soporte neuronal que favorece toda la actividad cerebral con intervención benéfica en la regulación de los trastornos degenerativos.
Debido a ello, este neuronutriente se considera un soporte natural, involucrado también en la movilización y utilización de las grasas que están en las dos terceras partes de la estructura del cerebro.
Así que, también proporciona energía; y estimula la neurogénesis, mientras controla el lenguaje, el pensamiento, y la memoria que se ven afectados por el Alzheimer o demencia senil.