Alopecia androgénica en mujeres: ¿por qué ocurre la calvicie femenina?

La alopecia androgénica en las mujeres parece estar en aumento. Las últimas estadísticas muestran un incremento sustancial de su incidencia en el sexo femenino, considerando que siempre fue la forma de pérdida de cabello habitual de los varones.

Las mujeres sufren este trastorno desde los 20 años, aproximadamente, y alcanzan la mayor expresión alrededor de los 50. Por lo tanto, desde el punto de vista estético, es algo que preocupa en demasía.

Una explicación posible que se analiza en las hipótesis científicas es la miniaturización del cabello. Es decir, la vía final de la alopecia androgénica en mujeres sería un cambio rotundo de las hebras del cuero cabelludo, que pasarían de ser pelos gruesos a vellos delgados propensos a caerse.

El papel de la inflamación crónica en la alopecia androgénica en mujeres

Muchos factores influyen en la caída del cabello que sufren las mujeres. Los agentes externos, el estrés y hasta la genética juegan papeles preponderantes que explican el fenómeno.

De todas maneras, en el último tiempo han aparecido investigaciones que le dan preponderancia a la inflamación. Esto significa que la miniaturización del cabello se acelera cuando el folículo piloso se inflama en demasía.

Podemos mencionar 4 pasos de la inflamación que destruye el cabello:

  • Fase de estrés: la inflamación se desencadena por algún evento que estresa al cuero cabelludo, como la radiación ultravioleta, las infecciones o las alergias. Esto incrementa la producción interna de prostaglandinas.
  • Amplificación: hay sustancias que son inflamatorias y que están presentes de manera natural. Cuando se encuentran en equilibrio en el cuerpo no hay efectos secundarios graves, pero si su volumen aumenta de manera desmedida, entonces aparecen los problemas. Por ejemplo, la caída del cabello.
  • Llegada de células blancas: el folículo piloso, en esta tercera fase, se llena de células inflamatorias, que son los glóbulos blancos de la sangre. Su actividad causa destrucción del folículo, comenzando con el socavado de la raíz del cabello y manifestándose como calvicie femenina incipiente.
  • Fase crónica: finalmente, la alopecia androgénica en mujeres se hace crónica. El cabello debilitado se cae y no se repone porque el folículo no tiene potencial para hacerlo.
Hombre con calvicie.
La calvicie androgénica es clásica de los hombres, pero su presentación en las mujeres va en aumento.

¿Cómo es la calvicie femenina por andrógenos?

Las mujeres tienen andrógenos en mucha menor proporción que los varones, pero están allí. La dihidrotestosterona es la sustancia más conocida y estudiada de este grupo. Es un producto del metabolismo de la testosterona.

Tiene dos tipos bioquímicos y uno de ellos es el más presente en la piel. Sería el que se relaciona con la alopecia androgénica en mujeres, pues generaría un patrón de caída del cabello parecido al que es clásico de los hombres.

El primer signo es la calvicie en corona, es decir, en la parte más alta y central del cráneo. Se conservan, en primera instancia, los cabellos de la zona frontal y los temporo-parietales del costado. Atrás, en la región occipital, también hay conservación.

Con el paso del tiempo, sobre todo en la menopausia, el adelgazamiento del cabello remanente puede ocasionar una calvicie femenina total. Es más habitual que el sexo femenino conserve la banda frontal de pelo y casi nunca la pierda.

De acuerdo a la extensión del trastorno se elabora una clasificación para saber cómo tratar a las pacientes. La más usada es la de Ludwig, que tiene 3 niveles:

  • Grado 1: alopecia de la zona de la corona con una línea frontal de cabello que mide de 1 a 3 centímetros.
  • Grado 2: muy poco cabello en la corona, casi con calvicie total limitada a esa región.
  • Grado 3: calvicie generalizada.

Para saber más sobre el rol de la testosterona en las mujeres lee este artículo del blog: Testosterona alta en mujeres

Tratamientos disponibles para la alopecia androgénica en mujeres

Los tratamientos que existen para abordar la calvicie femenina se basan en el uso de fármacos o en trasplante capilar. La opción será consensuada con el profesional tratante, ya que debe establecerse la viabilidad del empleo de la sustancia o la posibilidad de éxito de un injerto.

Uno de los medicamentos más prescritos es el minoxidil. Fue creado y desarrollado como vasodilatador para la hipertensión arterial, pero con el tiempo se notó que estimulaba a los folículos pilosos sin bloquear la acción de los andrógenos en el resto del organismo.

En menor medida, el acetato de ciproterona se puede recetar como antiandrógeno para mujeres con calvicie. Parece ser menos efectivo que el minoxidil, pero como no provoca vasodilatación, tiene mejor tolerancia en algunas pacientes.

Finalmente, finasteride es un inhibidor del subtipo de dihidrotestosterona que está presente en mayor medida en el cuero cabelludo. Se lo evaluó a largo plazo, pero los resultados registrados han sido discutibles. Si bien es cierto que reduce la presencia de los andrógenos en la sangre, no parece estimular el crecimiento de cabello nuevo.

La combinación de alguna de estas opciones con ketoconazol se utiliza si se comprueba que la alopecia androgénica de las mujeres está exacerbada por una infección por hongos. Pueden emplearse champús que contengan minoxidil y antifúngico.

El trasplante de cabello nunca es la primera opción, pero se considera en el sexo femenino. No pueden esperarse resultados llamativos, aunque se ha avanzado bastante en la mejora de la técnica.

Radiación UV genera alopecia androgénica en mujeres.
La radiación ultravioleta es un estresor del cuero cabelludo que puede desencadenar procesos inflamatorios.

¿Qué pronóstico tienen las pacientes con calvicie femenina?

La alopecia androgénica en las mujeres no basa el éxito del tratamiento solo en los medicamentos. Factores como la inflamación crónica, el estrés, la exposición a agentes irritantes y hasta la autoestima son determinantes.

Por eso se plantea el soporte con terapia psicológica en casos en los que la modificación de la calidad de vida es notoria. Esto podría significar el alejamiento de actividades cotidianas y laborales por no estar conforme con la imagen corporal.

A menor edad el impacto se hace más evidente. Las mujeres con 20 a 30 años se sienten mal al detectar la pérdida de cabello y, si bien no habrá trastornos de la personalidad, las relaciones familiares y de amistad podrían socavarse.

Con un buen seguimiento es posible contrarrestar la calvicie femenina y enlentecer la progresión. Esto no significa una cura definitiva, pero al menos se podría estimular a las pacientes a no sentir pena por su apariencia. En general, una combinación de medicamentos, champús especiales y cambios en el estilo de vida es el protocolo a seguir.

No dejes de conocer más leyendo el siguiente artículo: ¿Sabías que la mujer también necesita testosterona?

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