Desde hace muchos años, los antimicrobianos han salvado la vida de miles de personas. Este compuesto, que se puede conseguir de forma natural, resulta muy significativo para nosotros y para nuestras familias. Seguidamente conoceremos qué es, cuáles son sus tipos y dónde encontrarlos.
¿Qué son los antimicrobianos?
Son sustancias químicas que se utilizan para impedir la proliferación de los microorganismos. Pero eso no es todo, también ayudan a que estos mueran de forma rápida. El efecto de dichos compuestos se ve claramente y de manera efectiva en hongos, bacterias y hasta parásitos.
Por dicha razón se suelen implementar en el área de la salud. Tal es el caso de los tratamientos anti envejecimiento que realiza Long Life Clinic Marbella, incluyendo muchos otros campos científicos como la investigación en salud animal y la ingeniería de alimentos. Es por eso que este asunto ha sido de interés mundial por los expertos durante décadas.
Tipos de antimicrobianos
Los tipos de antimicrobianos se pueden clasificar de 2 maneras. El primero según el modo de actuación que este tenga. El segundo según el tipo de microbios. Conozcamos más detalles sobre estos agentes erradicadores de bacterias.
Según cómo actúan los microbios
Para poder eliminar o detener el avance de los microbios existen 3 tipos de antimicrobianos, que son los siguientes:
Agentes desinfectantes
Se utilizan en objetos inanimados, como muebles, mesas, entre otros. Son efectivos ya que por su composición y naturaleza no existe otra manera de tratarlos. La importancia de esta acción se deja ver cuando la mayoría de los microorganismos son eliminados.
Sin embargo hay que tener en cuenta que no erradica el 100? los gérmenes, aunque sí una gran cantidad. No obstante, es uno de los tipos de desinfección más habituales.
Agentes esterilizantes
Los agentes esterilizantes se dan a través de un proceso físico-químico que elimina por completo los hongos y bacterias, incluyendo cualquier otra existencia microbiana que se encuentre en el objeto. Con este fin se puede recurrir a diversas técnicas, como es el uso del calor. Dicho recurso permite esterilizar al vapor o en seco.
Pero también existen ciertos esterilizantes químicos como el cobalto 60 y el glutaraldehído 2%, Incluyendo también el óxido de etileno y los iones reactivos.
Agentes antisépticos
Suelen implementarse directamente sobre tejidos vivos. La intención principal es que los microbios no proliferen en ciertas zonas. Por lo general es la práctica más común dentro de la medicina quirúrgica. De esta manera se podrá hacer la intervención con el menor riesgo de infección microbiana.
Para realizar esta labor los expertos en materia de salud suelen tener a la mano yodo o peróxido de hidrógeno, consiguiendo así desinfectar espacios controlados como ciertas zonas de la piel.
Según el tipo de microorganismo
No todos los antimicrobianos resultan ser igual de eficaces. En ocasiones se necesita de un compuesto químico específico para eliminar o detener el crecimiento del hongo o bacteria.
Los potentes factores antimicrobianos que se han desarrollado dentro del mundo de la medicina salvan muchas vidas. Entre las más conocidas están los antivirales, antimicóticos, antibióticos y antiparasitarios. Estos solo deben ser administrados bajo estricta supervisión médica.
¿Qué antimicrobianos naturales tenemos a nuestro alcance?
La naturaleza a diario nos da grandes cantidades de alimento, agua, oxígeno y otros recursos. Por lo tanto surge la siguiente pregunta ¿pueden estos funcionar como antimicrobianos naturales? Las investigaciones han confirmado que sí.
En los últimos años, los científicos han redoblado sus esfuerzos en comprobar qué efectos antimicrobianos tienen los recursos naturales. Gracias a ello se han descubierto cómo ciertos alimentos pueden prevenir o curar algunas dolencias ocasionadas por los microorganismos.
Sin embargo, desde muchos siglos atrás, desinfectar las heridas con sustancias antimicrobianas naturales no era algo irrisorio. Al contrario, resultaba ser una práctica común para los chinos, hindúes, griegos y egipcios, los cuales utilizaban productos como la miel y la sal para realizar dichas acciones.
A continuación conoceremos un poco más sobre qué agentes antimicrobianos naturales tenemos a nuestro alcance.
La miel
Casi desde que se tiene registro de la humanidad, la miel ha sido empleada para diversas situaciones. No solo funciona como un edulcorante increíble, sino que también tiene un potente efecto bactericida, el cual ayuda a que las heridas cutáneas puedan sanar de manera natural y saludable.
Pero eso no es todo. Dentro de la ancestral sabiduría china era empleada para afecciones gástricas. En la actualidad consumir con moderación esta sustancia que nos da la naturaleza puede otorgarnos el mismo efecto a nosotros.
Alimentos fermentados
Todo alimento fermentado tiene probióticos, los cuales son beneficiosos para regenerar la flora intestinal. Gracias a su efecto antibiótico, la medicina moderna receta el consumo de uno o dos yogures al día. Pero también la ingesta de hortalizas fermentadas y kéfir, los cuales ayudarán a potenciar las defensas del cuerpo.
Cítricos
Las frutas cítricas se han comprobado que tienen un efecto muy positivo sobre las bacterias. Estás, al entrar en contacto con el zumo de una naranja, un limón o una mandarina, neutralizan su efecto. Es por ello que se recomienda que todo ser humano consuma un mínimo de 60 mg de vitamina C al día, cantidad que puede ser administrada directamente por la fruta o en cápsulas de vitaminas.
El ajo y la cebolla
Estos 2 ingredientes de la cocina tradicional no solo funcionan para darle un exquisito sabor a las comidas, sino que también se ha demostrado que dentro de sus componentes se encuentren potentes agentes antibióticos. Por lo general se utiliza para combatir el resfriado común o ciertos tipos de infecciones menores.
Alimentos transformados
Algunos alimentos transformados también resultan útiles en la atención de los microbios dañinos para la salud. Entre ellos están el vino, el vinagre, el aceite de oliva y la cerveza.
Por lo tanto, son muchos los recursos naturales que tenemos a nuestra entera disposición para que estemos saludables. Pero especialmente libre de agentes nocivos como hongos, virus, bacterias y parásitos. Ayudando así a que nuestro cuerpo funcione en toda plenitud.