Terapia intravenosa de glutatión para potenciar el antienvejecimiento

La terapia intravenosa de glutatión es una terapéutica que pretende aumentar los niveles de esta molécula en el organismo para potenciar su efecto antioxidante. Esto se fundamenta en la naturalidad con la que el compuesto se distribuye desde el hígado al resto de las células.

Debido a que la absorción de la sustancia por vía oral es infructuosa, la ciencia investigó la posibilidad de insertar el glutatión directamente en las venas para mejorar su presencia circulante en la sangre. También se evaluó la aplicación pulmonar, aunque con creces se prefirió el aporte intravenoso por la versatilidad que presenta en la elección de las dosis.

De esta manera, potenciar el antienvejecimiento natural que las reacciones de bloqueo de los radicales libres llevan adelante constantemente sería posible. Es decir, se incrementaría la disponibilidad de sustancias antioxidantes de manera artificial para que las células hagan más lento el deterioro propio del metabolismo.

¿Qué es el glutatión?

La terapia intravenosa de glutatión inserta al organismo una molécula que este ya posee. El hígado es el órgano responsable de su fabricación y lo forma a través de tres aminoácidos diferentes. La función primordial es la de antioxidante, es decir, como sustrato de unión a los radicales libres.

Los radicales libres son desechos que quedan tras el metabolismo habitual. Su acumulación se ha vinculado al envejecimiento, a la inflamación sistémica y a la degeneración de las células, lo que explicaría, en parte, la aparición de tumores y cánceres. También es cierto que ciertos hábitos de vida y tóxicos que se ingieren incrementan la existencia de estas partículas, a veces superando la acción de los antioxidantes naturales.

Hasta la aparición de la terapia intravenosa de glutatión, el cuerpo humano solo podía depender de la producción interna hepática. Ya que la vía oral es inefectiva, hubo siempre una preocupación científica por crear compuestos absorbibles que proveyeran antioxidantes al organismo.

En un sentido negativo, el descubrimiento de las altas concentraciones de glutatión dentro de células cancerígenas generó sospechas sobre su acción protectora de las neoplasias frente a las quimioterapias. Por ello, algunos abordajes experimentales combinan los 3 aminoácidos que forman la molécula para administrarse como adyuvantes en pacientes oncológicos.

Terapia intravenosa de glutatión para ayudar la quimioterapia.
El glutatión se experimenta como adyuvante de la quimioterapia para mejorar la respuesta al tratamiento oncológico.

¿Por qué es beneficioso bloquear los radicales libres con la terapia intravenosa de glutatión?

Al bloquear los radicales libres, en realidad se está prolongando la vitalidad celular y previniendo errores en la información genética. Como bien dijimos, estos átomos aparecen como desecho que no tiene utilidad para el organismo. Su acumulación progresiva altera el mismo metabolismo que les da origen.

Así, en el mediano y largo plazo mueren células por efecto de la oxidación, se inflaman tejidos y se pierde información genética importante, lo que se traduciría en crecimiento descontrolado y multiplicación celular. Para que estos desechos no sean excesivos y el cuerpo pueda continuar con sus actividades, la fisiología humana dispone de antioxidantes naturales.

La terapia intravenosa de glutatión es un suministro de este antioxidante para aumentar su concentración y proporcionarle al metabolismo normal una vía que contrarreste el daño. Si se logra un equilibrio en oxidación y antioxidación es posible que la degeneración se haga más lenta. Esto cobra relevancia fundamental en patologías neurodegenerativas, asociadas a la pérdida de capacidades neuronales por culpa del paso del tiempo, tal es el caso del alzhéimer.

La terapia intravenosa de glutatión para el ejercicio y para el envejecimiento

Dos campos de aplicación de la terapia intravenosa de glutatión se explican desde la oxidación que se pretende revertir o, al menos, enlentecer. Estas áreas son la del deporte y la de la producción de arrugas en la piel por la edad.

En cuanto al ejercicio, se entiende que el esfuerzo físico por encima de lo normal, es decir, en términos de entrenamiento, estresa a las células, sobre todo las musculares. El consumo de oxígeno es mayor durante la actividad y el metabolismo debe responder a la producción energética de la molécula de ATP, el combustible celular. La consecuencia es la mayor formación de radicales libres.

Los deportistas pueden aprovechar la terapia intravenosa de glutatión para contrarrestar el cansancio y la fatiga extrema. El tejido muscular que agota sus reservas impide la consecución de objetivos de ganancia muscular y de performances mejoradas.

Por otro lado, las arrugas dérmicas tienen su origen en la rotura de las fibras de colágeno. Las células de la piel son capaces de hacer algunas reparaciones en las proteínas, pero no en todas ni todo el tiempo. También es real que el envejecimiento reduce la capacidad de cicatrización, con más inflamación en los tejidos y menos humedad intrínseca.

La terapia intravenosa de glutatión para la piel estimularía la vitalidad del colágeno y la actividad de los metabolismos reparativos en el cutis. Al devolver hidratación y turgencia, el aspecto externo debería mejorarse.

Arrugas en una mano.
La formación de arrugas por rotura del colágeno se podría enlentecer con antioxidantes.

Aplicaciones concretas del glutatión

La terapia intravenosa de glutatión tiene aplicación concreta para solventar otros tratamientos de patologías certificadas y diagnosticadas. Entre las prescripciones más conocidas se encuentran las siguientes:

  • Psoriasis: algunos pequeños estudios plantearon que el glutatión es capaz de mejorar los síntomas dérmicos de la enfermedad.
  • Hígado graso: cuando el hígado se vuelve graso en mayor proporción, deja de producir sustancias beneficiosas y, en cambio, acumula radicales libres. Entre estos productos con menor producción se encuentra el glutatión, que podría aportarse vía intravenosa.
  • Ganancia de grasa corporal: con el envejecimiento hay tendencia a acumular tejido graso. Esto podría restar relacionado con la disminución de la disponibilidad de los aminoácidos que forman el glutatión, por lo que se postula que su aporte exógeno reduciría la ganancia de peso y, de forma indirecta, aumentaría la sensibilidad a la insulina, previniendo el factor de riesgo para la diabetes.
  • Párkinson y alzhéimer: las enfermedades por degeneración neuronal podrían presentar menor progresión y menos síntomas incapacitantes si se enlenteciera la acumulación de los desechos metabólicos y se aplacara la inflamación sistémica. Aunque se necesitan más investigaciones en este sentido, es prometedor pensar en la posibilidad de aplicar de forma intravenosa antioxidantes naturales que logren paliar trastornos propios del paso de los años.
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