Es conocido que las vitaminas del complejo B para el crecimiento muscular se han utilizado en gimnasios y en fitness desde hace tiempo. Muchos entrenadores las recomiendan a quienes realizan ejercicio regular para favorecer la ganancia de masa y fortalecer los tejidos.
Esto tiene sentido si se considera que, de manera fisiológica, la vitamina B y el ácido fólico son esenciales en la reparación de los tejidos. Para cicatrizar como es debido, el cuerpo se vale de estas sustancias como ayuda en el proceso de elaboración de nuevas células. Es la función de cofactor que poseen los micronutrientes nombrados.
¿Qué hacen las vitaminas del complejo B?
Cuando hablamos de vitamina B, en realidad nos referimos a un complejo de nutrientes que no son uno solo. Varias moléculas que comparten funciones y estructuras se han catalogado aquí y, también con el tiempo, se ha modificado la inclusión o exclusión de las mismas.
Todas ellas son hidrosolubles, es decir, que se pueden diluir en agua. Esto tiene dos consecuencias importantes: la cocción las puede filtrar de los alimentos y la orina las elimina a diario. En términos prácticos, se entiende que hay que ingerirlas cada jornada de una manera adecuada para aprovecharlas.
Aunque su deficiencia extrema no es algo habitual, sí pueden ocurrir desnutriciones puntuales con carencias mínimas que afecten procesos metabólicos. En el caso de las embarazadas, por otro lado, la falta de ácido fólico es peligrosa para el desarrollo neuronal del feto, acarreando malformaciones del sistema nervioso.
Aunque no todas las vitaminas del complejo B sirven para el crecimiento muscular, de una u otra manera se relacionan a la eficiencia de la actividad aeróbica y a la reparación de los tejidos:
- B1: también conocida como tiamina, acelera el aprovechamiento de azúcares para los procesos energéticos.
- B2: la riboflavina también cumple roles energéticos y participa en la formación de glóbulos rojos, encargados de transportar oxígeno a las células.
- B3: la niacina o ácido nicotínico está involucrada en el sistema digestivo y la piel.
- B5: el ácido pantoténico concentra su acción en el aprovechamiento energético de las grasas que ingerimos, las que son una fuente de energía de almacenamiento.
- B6: la piridoxina forma la hemoglobina, por lo que también es un constituyente de los glóbulos rojos y del transporte de oxígeno.
- B7: como la vitamina B5, la biotina sirve para que el cuerpo aproveche los lípidos como fuente de energía de almacenamiento.
- B9: este es el ácido fólico. Su rol en la reparación y formación de tejidos es muy estudiado. Para dividir células y luego replicarse, sus concentraciones deben ser adecuadas. Es por ello que el feto lo necesita para el desarrollo de los sistemas vitales y en el ejercicio contribuye a la regeneración tras las lesiones propias del esfuerzo.
- B12: la vitamina B12 o cobalamina es un micronutriente multifunción. Ayuda a replicar el ADN, mantiene a los glóbulos rojos, mejora la transmisión nerviosa e interviene en el metabolismo energético y de cicatrización. Posiblemente, sea la más estudiada respecto a la posibilidad de contribuir en el crecimiento muscular.
El rol energético del complejo B para el crecimiento muscular
Hacer crecer a los músculos implica un gasto de energía. La persona que realiza ejercicios aeróbicos y anaeróbicos con el fin de incrementar su masa muscular le demanda al cuerpo un consumo de recursos superior al habitual.
Este consumo se traduce en la producción de tejido nuevo, pero el mismo es inviable si el aporte calórico no acompaña, ya que hasta cierto punto se pueden emplear reservas que haya en los órganos y en el sector adiposo del organismo. Luego, nuevas fuentes deben reemplazar lo consumido.
Del mismo modo, el complejo B para el crecimiento muscular necesita ser repuesto a diario. Como bien dijimos al principio, son vitaminas hidrosolubles que se eliminan por la orina. Una vez que se utilizaron la cobalamina o los folatos para fines energéticos, el resto sale diluido. Esa cantidad debe insertarse de nuevo con la dieta o con suplementos.
Los alimentos de origen animal son los que poseen cantidades apreciables y aprovechables de complejo B. No así los vegetales, por lo que se considera que las dietas veganas no son útiles para la ganancia de masa muscular. En todo caso, estas personas deberán suplementarse de manera artificial.
Los suplementos existen como opción de vía oral y parenteral. Es decir, se pueden tomar o inyectarse intramusculares e intravenosos. Las pastillas y comprimidos son de uso habitual, inclusive sin prescripción médica en varios países. Por otro lado, para una aplicación directa mediante inyecciones se necesita asesoramiento profesional, ya que las dosis deben ajustarse a los requerimientos.
La cicatrización con el complejo B para el crecimiento muscular
Además del metabolismo energético, hay que considerar que el complejo para el crecimiento muscular es útil cuando participa en la cicatrización. Esto es notorio con los folatos, la vitamina B3 y la B6.
Los primeros ayudan en la replicación celular. Cuando ocurre una lesión, comunes en el ejercicio por microtraumatismos de uso repetitivo en el músculo, el ácido fólico contribuye a que las células se dividan con más exactitud y más rápido, de manera que cubran el sector dañado.
Por su parte, la niacina y la piridoxina estimulan el aprovechamiento de la energía disponible para completar los procesos de regeneración de la cicatriz. Sin ese consumo de calorías, las células no podrían replicarse ni habría tejido nuevo para cubrir las heridas.
Un dato no menos importante del complejo B para el crecimiento muscular es que la variante B6 es necesaria para la elasticidad adecuada del tejido dérmico. Aunque parezca insignificante su función, si el músculo aumenta de tamaño, se necesita que la piel acompañe ese incremento de volumen sin desgarrarse ni degenerarse.
Es posible usar complejo B para favorecer la ganancia de masa muscular
El complejo B para el crecimiento muscular tiene utilidad. Las investigaciones indican que su aporte en cantidades normales mejora el desarrollo de nuevos tejidos y ayuda en la cicatrización de heridas causadas por el ejercicio.
La vía de adquisición del micronutriente será definida por la persona en cuestión que quiera utilizar sus beneficios, un personal de salud y también algún entrenador que esté involucrado en el proceso deportivo. Se pueden elaborar protocolos concretos de aporte diario, mediante la vía oral o parenteral, en acuerdo con la intensidad de la práctica.
Hay que considerar que las funciones vitamínicas no se acaban en el músculo. El complejo es útil para el crecimiento muscular, pero también para el metabolismo general, para prevenir la anemia, para enlentecer en envejecimiento dérmico y evitar malformaciones fetales en las embarazadas.